Imagina que vas a un hospital a dar a luz a tu segundo hijo. Imagina que tu hijo nace y lo tienes contigo durante 4 días en el hospital. Imagina que te dicen que tu hijo tiene labio leporino pero que es un problema menor que se solucionará con una operación sin importancia. Imagina que después te dicen que el problema no es tan sencillo y que tu hijo no puede tragar. Imagina que al poco te dicen que van a bautizar a tu hijo por ser un niño enfermo. Imagina que una enfermera se lleva a tu hijo de vez en cuando para que lo examine el médico. Imagina que al cuarto día se lo lleva la enfermera pero no lo vuelves a ver. Imagina que te dicen que tu hijo ha muerto pero no te enseñan su cadáver por más que lo pidas porque, según dicen, había que enterrarlo inmediatamente.
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Podrías ser tú